29 agosto 2008

A un hemíptero

Alegría, sobresalto y vida
espero, velada, que bajen
pocas palabras bastan
que retarden el adiós postrero,
sólo un sello de sentido,
carne de risa y caricia,
bridas aferradas al destino,
"para no darme cuenta
en el momento de mi muerte
que no había vivido".
Y ahí llegó él,
tan vivo y entero,
desde los cactus,
las fronteras crueles,
pintado de canela y ceniza
resurgiendo de ellas
a cada palabra sentida
con cada letra imaginada.
No se pueden abrir ciertas puertas,
el escepticismo nos espera
tras un rincón herido
pero cada sobresalto
cada "garatusa" tuya
me pinta el rostro de nuevo
trazando perdidas rutas
en las que bailo la noche
con tu huella cantarina,
y un nuevo edificio
más fuerte, más alto,
me cobija.

28 agosto 2008

Ésta también soy yo

Agosto 6 de la tarde. El sol da de pleno en mi ventana. Las persianas bajadas y sólo una ranurita donde entra un rayo de luz y bochorno. Pasan un grupo de adolescentes gritando palabrotas y frases como "ozú, quillo, te igo que era la Devo, no la Moni, zi el quiere i a tomá po culo que ze faya".
Llevo puesto un vestido corto y ligero. Aún así se me pega a la piel. No suelo sudar, antes me pongo colorada, pero todo mi cuerpo transpira por el calor. Miro mis pies, encima de la mesa, con las uñas pintadas de blanco (lo que hace el aburrimiento), y pienso que mis cuatro pendientes es lo único que acepté llevar "de más". A veces pensé en un tatuaje. Pero no puedo ver una jeringuilla ni en pintura. En la boda de un primo me puse uno de pega. Casi todos mis primos se acercaron a verlo encantados. Era un sol con trazos negros. En la parte posterior del hombro. E igual que vinieron encantados, se fueron desilusionados al ver que era de mentira. "Qué rico" dijo uno. ¿Un tatuaje rico?. Supuse que los tatuajes, por lo general, ponen.
Mis piernas están muy morenas. Casi todo el verano al sol. No están mal, me gusta mirarlas a veces (otras, para nada). Me aparto la tira del sujetador y noto la señal del bikini. Mis hombros sí me gustan. Alguien me preguntó si hacía top less. Quizá debiera. Pero no me apetece una vez en la playa. El agua está muy fría (qué cosa más fea ir "empitonada" para que todos te vean). Y cuando no estoy en el agua me siento en la orilla, como los niños chicos, y dejo que me vayan refrescando las olitas pequeñas que llegan. Quiero estar pendiente del mar, de esas olas, de la sensación de fresquito en mis piernas, del calor del sol en mi cara, no de si me miran, si a alguien le desagrada, si a mí misma me desagrada. No. Total. El pecho morenito o no. Qué más me da a mí. Le dará a quien me las vea, pero ese es su problema.
Mucho tiempo he llevado una cadena con un ángel de la guarda y mi nombre por detrás. Me lo regaló una tía cuando nací. Pero se me rompió y la medalla intenté ponerla en alguna otra cadena. Pero no hay caso. También durante mucho tiempo llevé un anillo con mis iniciales, pero parece una alianza y no me gusta.
Así que sólo me quedan mis cuatro pendientes. Dos agujeros me los hicieron cuando nací, como a casi todas las niñas. Y en el lóbulo izquierdo, con quince años, me hice los otros dos. Mi intención era hacerme sólo uno. Pero una amiga mía muy flaquita y debilucha me quiso ayudar y tan poca fuerza tenía que el agujero salió desviado y muy pegado al anterior. Así que cogí un alfiler, lo limpié en alcohol y me agujereé el lóbulo mientras me miraba al espejo. Me dejé colgando un tiempo un hilito y poco más tarde me pude poner un pendiente de oro. Al principio la herida supuraba, y más que agujeros eran un pozo sin fondo. Pero ahora los veo reflejados y me gustan. Tres brillantitos juntos y en fila. Siento que es de las cosas que tengo que más dicen de mi. También me recuerdan que una vez fui muy valiente.
Bueno, ya es hora de hacer algo. Voy a bañarme a ver si se bajan estos calores. Me quito la goma del pelo, la ropa. Y me miro. No puedo evitar hacer posturas de estar posando. Yo, que no me gusta que me hagan fotos. Lo cierto es, fuera de convenciones sociales, que me gusta mi cuerpo. Visto así parezco un ocho. Un ex me dijo que tenía el cuerpo de Marilyn. No lo creo. Pero bueno es creérselo a veces. También me decía que tenía "un pedazo de culo". Redondo es, eso sí. Y mis pechos me hacen más cintura que si no estuvieran. Sí, yo me explico. Acaban justo para hacer el ocho. Y, en medio, un ombligo pequeñito, casi invisible, y alargado. Aquí, delante de un espejo, me gusto. ¿Por qué luego no me soporto ver en fotografías o espejos de centros comerciales?. Quizá me comparo con las convenciones reinantes y, eso sí, soy un poco anacrónica. A veces pienso que es porque me suelto el pelo, y hago posturas precisamente para quedar bien. Enarco la espalda, saco morros, echo el pelo hacia atrás... Me llega a la cintura así. Recién arreglada tengo los rizos marcados, pero así, a punto de bañarme, queda ondulado y más a su aire. Una vez quise teñirme de castaña, pero se equivocaron y me pusieron una especie rara de mechas en la parte superior del flequillo casi rubias. ¡Horror!. Fui pitando a un supermercado, compré tinte y me teñí de mi color. Nunca me di cuenta como entonces lo bien que quedan los ojos oscuros con pelo oscuro. Me recojo el pelo, me lo suelto. Un peluquero se maravilló. Dijo que si quería trabajar como modelo de pelo. ¡Ja!, yo modelo. Me reí y ahí se quedó la cosa. Me acaricio la cadera. Tuve suerte en eso. La piel de mi madre. La piel del vientre, del hueco que deja la cintura, de la parte interna de la pierna. Ésta, ésta también soy yo. No sólo la que se queja, y siente y llora y teme.

27 agosto 2008

Nunca soy yo

Hoy no escribiré, total para qué. Para decir lo de siempre, que estoy vacía, que la esperanza se me muere, que soy un autómata sin futuro ni horizonte. Que me cansé de desilusiones, de creer ver cosas para mi, cuando no lo son, cuando nunca soy yo. Decidí no escuchar ni esperar pero en un rinconcito quedó un sueño en el que a veces me dejo cobijar y permito circular el aire mientras ascéticamente me obligo a recordar que nunca soy yo. Espectadora de los actores de la vida escribo lo que veo mientras todo pasa como agua por mi piel (pase lo que pase, al fin, en la noche, estamos, igual, la oscuridad, el silencio y yo). Aunque por un ratito me dejo llevar e imagino historias en las que los protagonistas, por una vez, son los espectadores. Y yo soy otra, y estoy en otro sitio,y por todos lados hay señales, y el azar me sonríe, y significo algo, y vivo y soy alguien. Pero otra vez no. Hoy no escribiré, total para qué.

Si quisieras mi vida

barata la vendo

cómprame este sueño

que yo te lo regalo en besos.

Sólo nos quedan historias

que son más mundos

que la propia vida,

ya estuve contigo

donde Dios no puso el pie.

Fíjate bien en tus manos

no vayas a llevar en ellas

un pedacito de mi piel

donde no quieras que lo vean.

Recuerda que en el corazón del sol

late una historia que te espera

con más realidad que la muerte

y una mujer entera.

18 agosto 2008

Respiración dolorida
corroído andar
laberinto de basura
locura
pozo oscuro
sola, yo.
Nudo marinero
garganta y corazón
cuerpo rígido
disecado,
gritos a una tumba
eco de espejo
vómito de lágrimas
puño descarnado
golpeando muros.
Desprecio inhumano
de la humanidad
fortaleza despiadada
y cobarde.
Sangra el dolor
y de rojo, perdido.

15 agosto 2008

Déjame imaginar

"Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero con una palabra tuya bastará para sanarme"

Déjame imaginar mi ciudad con tu risa
tus palabras prendidas
a los parques tan paseados,
que tanto han adornado mis nostalgias,
por una vez,
huella de la alegría.

Déjame imaginarte bajando del aire
y cómo, nosotros, ingratos,
le damos la espalda para mirarnos.

Déjame imaginar
el terremoto dentro
delante de tus labios,
tu piel omnipresente,
el relieve de tu cuerpo,
derritiendo su invierno interno
mis dedos en la piel de tu pecho,
sujetando los mechones de pelo.

Déjame imaginar
cómo regresas un día
en el olor de otro
Cómo se hace carne, de pronto,
tu ausencia,
y cómo mis segundos cotidianos
se inundan de "aquello"
agridulce
de acabar de verte
sin lograr atraparte
para, siquiera,
notarte.

Déjame imaginar
que ahora, en este instante,
mi nombre lo tienes cerca,
que una sola palabra tuya
significa respuesta,
que este mundo
no es el mundo,
y que hay un lugar
grande y perfecto
sólo tuyo y mío .

Si perdí todo el sentido de la dignidad,
si ya nada me quedó por guardar,
al menos, déjame imaginar.

01 agosto 2008

Lo que la esperanza promete

"Dios, dame paciencia, que si me das fuerza, mato"

Eco,
por todas partes eco
de nuevo
y este desagradecido blanco.
Los golpes son mi sol,
y llevo ridículo por nombre.
Tan insondable todo menos yo,
ronca de gritarle al vacío
ni siquiera me dejan
sin ganas ni lágrimas.
Menos que nada
soy
si el primer río que pasa
se lleva mis venganzas
y me obliga a salir de mi
como una loca
en la desesperación de la última cena
de los condenados a muerte
del último tren.
¿Por qué, vano intento,
no mueres?,
anestésitate
inmundo placer de comerse el mundo
nunca hecho para mi,
que nos hacemos tan débiles
acumulando sólo derrotas
que un sólo soplo nos vencería
sin regreso posible
a este suelo
que no elegí
y que nunca me eligió.
Pero tú, inútil motor,
otra vez en el barro.
Mata de una vez por todas
que las respuestas las conoces
nunca oirás lo que quieres
que lo que esperas
no es lo que la esperanza promete.