26 abril 2009

La roca ciega

Quiero ser sorda de la vista.
De alegrías coja y de mentiras.
Sin roces de afilados ojos,
sin palabras invasoras
frente a camino abierto.
¿Dónde quedó mi pobre rutina incendiaria,
la tristeza calcárea,
las noches de mis lágrimas?
¿Qué hacen mis días entre tus manos?
Ahogados entre ídolos de muerte.
Y vuelo en mi alfombra contigo,
y caigo entre nubes de campanas,
me levanto grande
al aire imploro que marche
y,
por fin,
caigo y vuelvo.
A donde soy,
al gris lamento,
al silencio de los pies,
a la roca ciega.

1 Comentarios:

Blogger Rodolfo N dijo...

Mientras tus manos respondan a tus sentimientos no será sorda, ni la roca ciega...

9:04 p. m.  

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