A un hemíptero
Alegría, sobresalto y vida
espero, velada, que bajen
pocas palabras bastan
que retarden el adiós postrero,
sólo un sello de sentido,
carne de risa y caricia,
bridas aferradas al destino,
"para no darme cuenta
en el momento de mi muerte
que no había vivido".
Y ahí llegó él,
tan vivo y entero,
desde los cactus,
las fronteras crueles,
pintado de canela y ceniza
resurgiendo de ellas
a cada palabra sentida
con cada letra imaginada.
No se pueden abrir ciertas puertas,
el escepticismo nos espera
tras un rincón herido
pero cada sobresalto
cada "garatusa" tuya
me pinta el rostro de nuevo
trazando perdidas rutas
en las que bailo la noche
con tu huella cantarina,
y un nuevo edificio
más fuerte, más alto,
me cobija.
espero, velada, que bajen
pocas palabras bastan
que retarden el adiós postrero,
sólo un sello de sentido,
carne de risa y caricia,
bridas aferradas al destino,
"para no darme cuenta
en el momento de mi muerte
que no había vivido".
Y ahí llegó él,
tan vivo y entero,
desde los cactus,
las fronteras crueles,
pintado de canela y ceniza
resurgiendo de ellas
a cada palabra sentida
con cada letra imaginada.
No se pueden abrir ciertas puertas,
el escepticismo nos espera
tras un rincón herido
pero cada sobresalto
cada "garatusa" tuya
me pinta el rostro de nuevo
trazando perdidas rutas
en las que bailo la noche
con tu huella cantarina,
y un nuevo edificio
más fuerte, más alto,
me cobija.
2 Comentarios:
Más que una "respuesta", estoy depurando las emociones que me permitan retribuir a su amistad con la misma devoción y cariño.
Abrazos que, murmurando, ensayan las palabras de arranque.
Realmente hay ciertas puertas que no se pueden abrir, quiza porque nunca existieron...
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