30 julio 2008

Golfo y su dueño (y viceversa)

Quiero que vengas,
flor desde tu ausencia,
a serenar la sien del pensamiento
que desahoga en mí su eterno rayo





Holograma,
mes de abril robado,
el que daría por mi su vida entera.
Brasas de cigarrillo,
piel del cuello al lóbulo,
sonido de reloj ausente.
Marco renegado,
obligado a poner esa cara de chico malo
encendiendo un "piti"
(quién me mandaría a mi
por esos barrios que no son los míos),
obligado a tantas cosas...
El vampiro de la sonrisa peligrosa,
el que espera detrás de su cara melancolía.
El de los movimientos abruptos,
escupo pelo,
escupo tabaco,
me emociono,
me asombro,
sonrío,
acaricio mi barbilla
leyéndote.
Peluche con gesto de chico Martini
al que no se puede apenar,
el loco que no lo es tal
sino por creerse débil.


Faltas tú para poner verbo a esto.
Tiraste de la argolla de algo bajo las costillas,
aguanté el tirón,
pero me obligaste a tantas cosas...
como escribirte esto.


Nos espera
en otro mundo
un atardecer de verano
con unas cervezas,
algunos pitillos
y un despertar.


(Bien sabes lo que digo).


27 julio 2008

Regalo de cumpleaños (5 de Agosto)

Entre la paja diaria
escarbando mis entrañas
cotidianas
encuentro un nombre
siempre ausente.
Añoro partes que nunca vi,
minutos que no son míos.
Y no consigo más que apenarme
por una cara de la moneda
solitaria
e hilada
a una cruz
que cuesta.
En un país cualquiera,
más allá de un océano
y dos estaciones
hay un muro,
un mundo
irreal
de irrealidad.
Creo verte gigante
etéreo
cruzas vientos y mares
llegas hasta mi
para ser como eres
y desapareces luego
en mi capricho
mi infancia
desesperante
la muerte que me espera
el ridículo evanescente
de quererte
y sentirte
en la sombra
de nada.
Paso a paso
pateo partes,
pecados
pesados,
yo misma
¿crueldad?,
quizá.
Y ahí me dejo con el tiempo
arrastrando al estómago
en su dolor.
Y tus palabras
de mañana,
nunca.
Las de siempre,
siempre.