24 mayo 2009

Esa precisa esquina

Ahí aparece. Tan roto como el día en que lo rompiste. Era un bordillo cualquiera, gris, con sus cantos y texturas. Pero una noche vino tu torpeza a chocar contra esa precisa esquina. Cayeron trozos de piedra que ya no hay. Las aristas del bordillo ya son menos aristas. Pero todo está en su sitio y roto desde que tu tierna indiferencia vino a chocar contra esa precisa esquina.

La vida se me abre entera, salen brujas, gallos y corchos, y yo me asusto de mi sombra. Para qué tanto esfuerzo si muerta en unos años bajo tierra y olvidada de mis penas.