28 febrero 2008

Igual

Clárido sol, viscosa luna. Igual, lo mismo, sin cambio. Un día, una mañana, la tarde. Se van y se ocultan tras las máscara del pasado para repetirse en un futuro y presente. Sin diferencias, los pasos y voces transcurren estación tras estación. Una más, una menos. En una edad sin arrugas, mi rostro me es extraño. Sutilmente, detalle por detalle está todo exacto. Pero no. No hay ya nada exacto. Todo cambia, todo está igual. Es lo mismo de siempre. Los minutos se calcan, una noche nueva es prolongación de la anterior, nada más. Pero cuando frenas el transcurrir, recapacitas y observas, te das cuenta de que se han ido tantas cosas. Tampoco ya eres tú. Cada año, irrelevante, te marca arañazos en lo más hondo que te va modelando una expresión de viejo, huraño, indiferente, frío. Me despierto. Hoy puede ser un gran día. Cada uno es algo nuevo a aprovechar. Lo mismo que me dije ayer, y antes de ayer, y el día anterior...