El rostro del espejo
¡Oh!, cruel entraña que ansía la muerte
me oculto en tierras movedizas
y muero día a día para tenerte.
Olvidando mi espera desesperada
me oculto en tierras movedizas
y muero día a día para tenerte.
Olvidando mi espera desesperada
caminaste tu camino lejano
dando a luz el pozo negro que
desde ese aciago día
me queda.
No me queda nada
y aprendo a creer en ello,
las luces que mi cabeza
ha ido dibujando
barro son de la soledad
en el rostro del espejo.
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