09 marzo 2009

Débil de lágrimas
sin cuentas, gotas,
flotando salgo
al silente sol.
Rezo escaso al astro
tras las ramas quebradas
de un árbol seco
y un mirlo cantando.
Qué yo sola
qué lúcida ida
a la muerte terrena.
Qué poca esperanza ya
para estoy huesos
alicaídos.

1 Comentarios:

Blogger Rodolfo N dijo...

Que desencanto tan grande transmite el texto...

1:13 a. m.  

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