08 septiembre 2006

Llueven ranas

Me quedaba durante las noches despierta sabiendo que estarías en ese preciso momento haciendo el amor a la otra. Preguntándome si volvería a ver un euro tirado en los asientos traseros de tu coche la próxima vez. Y me reía de ello cuando me decías que te olvidaste de su nombre y dijiste el mío. Todo lo que hacías me mandaba al infierno para al rato siguiente ver el cielo. Y como nunca había visto tan de cerca el cielo no te alejaba de mi lado, antes me hubiera cortado una mano.
Ya no. Ya no hay cielos. Hay un vacío inmenso que ya sé que sólo es culpa mía. Hay personas que me ayudan o no, que están cuando se las necesita o no... Ya no voy a escribir una historia digna de ser relatada cada vez que me hagan daño. No. Si me hacen daño sólo es eso, que me hacen daño. Ya no veo príncipes, se convirtieron en ranas en cuanto las besé. Ranas tan, tan normales que sólo parecen eso, humanas. El amor dejó tirado en el barro su nombre.
Antes hablaba contigo, ahora con mi vacío, sí, tiene nombre de príncipe, quizá por eso lo elegí.

5 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

Mujer....

Esa es justament mi historia........

Me ha llegado igual que tantos de tus escritos!!

Un Abrazo

2:01 a. m.  
Blogger Rodolfo N dijo...

Ya no hay cielo...
Ya no hay prìncipes...
Ya no hay sueños...?

4:31 p. m.  
Blogger Garatusa dijo...

Gracias, niña, es lo mejor que me pueden decir.

Parece que sí, Rodolfo. "El mayor bien es pequeño: que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son"

7:17 p. m.  
Blogger Txe Peligro dijo...

oh, pero el euro no tiene porque ser de otra! no?

bonito!

Saludos

11:21 a. m.  
Blogger Bato dijo...

Croac. Todos, en algún momento, somos ranas. Solo que algunos(as) son sapos venenosos: de esos (as) hay que cuidarse...

1:33 a. m.  

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