27 julio 2006

Víspera de ná

"Días de mucho, vísperas de ná"
Estás a 600 kilómetros, 600 vueltas da mi estómago, y me vienen a la mente imágenes terroríficas. El borracho que coge por los pies al niño, empieza a dar vueltas, cada vez más alto el crío, hasta que la cabeza choca con la pared, en un crash inesperado, y el borracho sigue dando vueltas con un muñón sangriento de niño inerte. "Novecento" lo vi contigo, tirados en el sofá de tu piso. Con los ojos abiertos, y los brazos detrás de la cabeza, soltaste un ¡coño¡, y un ¡ssssssssssssss¡ a la vez que el golpazo del niño. Y sólo repetías, vaya película, joder, vaya película. Y la muerte de Shelma y el panfleto final en contra de la pena de muerte. Y el despellejamiento del gatito y consiguiente lanzamiento de "El marino que perdió la gracia del mar".
Creo que necesitaría algo así como un sanatorio en los Alpes, tipo "Montaña mágica", y actuar como una Anna Karennina tuberculosa, esperando la oportunidad para actuar como un Julián Sorel cualquiera.
Pero lo que pasa, simplemente, es que estoy sola. Hace unos días debatiéndome entre dos hombres, ilusa de mi, todo cambia a una velocidad vertiginosa y, como decía Juan Daniel, somos contingentes, nadie hay necesario. Nadie no sé, pero un cuerpo quizá sí. Estás más gordo, con barriguita incipiente, la cara como más, como más...caída, menos lustroso. Y ese pantalón dos tallas más grandes, y esa camisa tres tallas más grande, por favor. Me abracé a ti, noté mayor embergadura, es verdad, pero seguía estando ese olor tuyo tan característico, ese pecho como de hombre orgulloso, especialmente erguido hacia delante, y esos ojos azules oscuros, como el mar del norte. Nunca tuve esa emergencia de un cuerpo. Como quien no quiere la cosa me acariciabas la cintura, por debajo de la camiseta, y yo tenía que reprimirme para no seguir ese movimiento, no suspirar, no cerrar los ojos. Si hubiésemos estado solos... Tú lo repetías. Vámonos a un hotel. Querías, reconócelo, saber qué es estar conmigo años después no tanto por mi, sino por averiguar qué había aprendido con los otros, te conozco. Sólo me repetías que estaba más guapa, cómo podía ser eso con la edad que tengo ya y, claro, tengo la fuente de la eterna juventud, cara de niña aún. Pensabas que los kilos que yo había perdido por los disgustos y la madurez se habían ido directamente a tu barriguita. Las tornas estaban cambiadas, yo la que liga, la de un pasado amplio, y tú en una semi-castidad de pueblo pequeño, aburrido y sin amigos. Y precisamente ahora vienes, y precisamente ahora dices que ya no quieres sexo por sexo, sino estar con alguien que te sepa entender, y que nadie lo había hecho hasta ahora como yo. Que si seguía siendo la mujer ardiente que era, que, claro, ahora mis labios debían ser más jugosos y sensuales, que no se acordaba de los ojos tan increíbles que tenía, impresionantes... No encontramos sitio, ni pudimos ir a un hotel. Así que me quedé con las ganas de demostrarme a mi misma si de verdad soy todo eso, o son los años de ausencia y la soledad los que hablan.
"Que el amor por esa persona sea siempre mayor que la necesidad de ella"

4 Comentarios:

Blogger Bato dijo...

Que bello. Me pegó.

7:36 p. m.  
Blogger Bato dijo...

Te digo que me pegó. Yo soy esas tallas más grande, y existe una mujer a la que buscaba, hace ya varios ayeres, principalmente por su belleza física. Curiosamente, en el fondo, no la buscaba por el sexo, con lo que entonces tenía moralidaes por una diferencia de 10 años. No, yo la buscaba porque ella podía meterse en mí mejor que nadie. Tenía un entorno raro, que yo nunca quizé asimiliar, pero si quizo y pudo buscar todos mis seres y entenderme mejor que nadie. Me alejé de ella, y por supuesto, ella de mí. Si hoy la viera, y si se pudiera hacerlo en una dimensión paralela, le diría que está guapísima, porque sé que lo está, y le pediría ir al hotel más cercano, para ver cómo es ahora, y por supuesto, tener una larga plática post-sexo. Si, con una plática así podría ser muy feliz, o muy infeliz. Me pegó tu escrito, es muy bello, y muy real, no por clichés para acomodarse a muchas personas distintas, sino porque encontraste la forma de contar la historia para que yo pueda sentirla como mía.

7:56 p. m.  
Blogger Garatusa dijo...

Enormes gracias, Bato. El mejor halago que han hecho nunca a mis historias, que la sientes tuya. Gracias

8:27 p. m.  
Blogger Rodolfo N dijo...

Otra vez esta capacidad , tan tuya, de narrar historias, que parecen arrancadas de nuestras vicencias.
Historias para compartir.
Cariños.

5:19 a. m.  

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