Me acosté con un dolor de cabeza tremendo. Hacía mucho frío, de estos días que entras en la cama y te tapas con el edredón hasta las orejas, dejando fuera lo necesario para respirar, nada más. Había pasado la noche a base de zumos, no me encontraba bien, y con el ruido de los pubs, la gente, el humo del tabaco, llegué peor. Apagué la luz, me hice un ovillo para entrar en calor y, mirando el rayito de luz que entraba por la ventana, me imaginé que alguien me abrazaba desde atrás. Y con ese calorcito imaginado, me dormí.
1 Comentarios:
Seguramente habrás tenido dulces sueños.
Me encantó la imágen que escribiste.
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